En el diseño arquitectónico, la sutileza y precisión son fundamentales, especialmente cuando se busca cautivar con obras de mínima ornamentación, como ocurre en el estilo minimalista. La pureza de las formas, la honestidad de los materiales y la sobriedad de los colores revelan no solo la sensibilidad del arquitecto, sino también la belleza contenida en el detalle y el oficio. Un ejemplo claro de esto se encuentra en la obra de Mies van der Rohe.
Inspirado por esa arquitectura depurada, surge este proyecto fotográfico en blanco y negro. Aunque no retrata directamente espacios arquitectónicos, explora la esencia de las formas y lo que emana de ellas. Cada imagen está construida para que los elementos respiren por sí mismos, invitando al espectador a detenerse, a mirar con atención, a descubrir lo invisible. Este trabajo busca revelar aquello que trasciende lo físico: la dimensión intangible de lo cotidiano, lo que permanece más allá de lo material, en ese punto donde comienza la contemplación.
2021-2025
